Alianza del Lápiz

¿Quiénes somos?

Somos un movimiento de acción permanente, expresión política de un programa social exitoso: La Casa del Lápiz. Creemos en la educación como la clave para transformar a Venezuela.

La Alianza del Lápiz es un movimiento nacional en el que cada miembro reafirma su voluntad de participar decisivamente en el destino y la historia de Venezuela, en momentos de la peor crisis política, económica y social de los últimos cien años.

Creemos en la educación como la clave para transformar a Venezuela.

El Movimiento Nacional Alianza del Lápiz está inspirado en el pensamiento político de insignes venezolanos como Arturo Uslar Pietri, Luis Beltrán Pietro Figueroa, Cecilio Acosta, Simón Rodríguez y Andrés Bello; todos grandes pedagogos que nos legaron su obra creativa, transformadora y liberadora, con el irrestricto convencimiento de que el proceso educativo constituye el verdadero camino hacia el bienestar material y humano de una sociedad.

A pesar de contar con este legado histórico, nuestra visión es muy clara hacia el futuro: Queremos convertir a Venezuela en el país de la educación, llevándolo de la economía socialista a la Economia del Conocimiento, en el que el primer ingreso de la Nación sea el producto de nuestro talento e innovación. No somos una coalición. Somos una alianza de voluntades que conforman un espacio de ideas y acciones comunes que se levanta con su propio esfuerzo para la superación de las dificultades que vive Venezuela, teniendo a la educación como rotor articulador de las transformaciones de la sociedad venezolana. Contamos con educadores en toda Venezuela para cumplir nuestra tarea.

“La Casa del Lápiz”, nuestro semillero

En el año 2010, en la parroquia 23 de Enero de la ciudad de Caracas, nace la organización política y social “La Alianza del Lápiz”, a partir del trabajo realizado por la Fundación Casa Arturo Uslar Pietri, a través de su programa permanente “La Casa del Lápiz”, una plataforma para la formación técnica y educativa de líderes sociales y de nuevos emprendedores a través de la formación integral enfocada en valores democráticos y de emprendimiento con carácter social en profesiones técnicas, por medio de una red de centros educativos de iniciativa comunitaria.

Movimiento político social de acción permanente

En el año 2010, en la parroquia 23 de Enero de la ciudad de Caracas, nace la organización política y social “La Alianza del Lápiz”, a partir del trabajo realizado por la Fundación Casa Arturo Uslar Pietri, a través de su programa permanente “La Casa del Lápiz”, una plataforma para la formación técnica y educativa de líderes sociales y de nuevos emprendedores a través de la formación integral enfocada en valores democráticos y de emprendimiento con carácter social en profesiones técnicas, por medio de una red de centros educativos de iniciativa comunitaria.

¿Cuál es nuestra razón de ser y para qué?

EMovimiento Nacional Alianza del Lápiz tiene como principal premisa que la educación es y debe ser el eje de desarrollo de la república en condiciones de libertad y justicia, lo que redundará en un estado de bienestar y progreso de todos los ciudadanos a los fines de alcanzar la paz en la Nueva Venezuela.

El Movimiento Nacional Alianza del Lápiz, en equilibrada competencia democrática con las demás organizaciones políticas, aspira a conquistar Ia voluntad mayoritaria del electorado venezolano para organizar eficientemente el Estado, con base a los principios y valores fundamentales de nuestra organización y nuestra agenda programática.

Aspiramos que Venezuela se convierta en un país desarrollado, en convivencia armoniosa con todas las naciones circunvecinas y demás actores de la comunidad internacional.

Asimismo, trabajamos para que el bienestar común, la productividad y la justicia sean tangibles en todos los sectores de una sociedad que goce de una democracia estable y cónsona a las transformaciones, desafíos y realidades del siglo XXI.

Creemos...

Creemos en que la educación es la solución para Venezuela.

Creemos en el desarrollo de la libertad, la solidaridad y la justicia social a través de la libre competencia y respeto a la propiedad privada.

Creemos que la dignidad del hombre radica en el ejercicio de su derecho a vivir en libertad y en el deber de cooperar en la orientación de la sociedad.

Creemos que la vida del hombre, su dignidad y su conciencia privan sobre el Estado.

Creemos que el Estado debe crear las condiciones para que el individuo pueda desarrollarse con Iibertad y responsabilidad social.

Creemos en la justicia en las relaciones entre gobernantes y gobernados, que asegure la libre convivencia entre las organizaciones políticas.

Creemos en el respeto hacia Ia libertad de la asociación sindical y política.

Creemos en el respeto hacia Ia libertad de conciencia y cultos.

Creemos en la transparencia en la utilización de los recursos y en la eficiencia en la administración del Presupuesto Público.

Creemos que el individuo es la base de Ia estructura social del país.

Creemos en la fuerza de la acción femenina en el desarrollo social y productivo.

Creemos que el Estado y Ia sociedad deben proteger, fomentar y fortalecer Ia familia.

Creemos que Ia capacidad educativa de Ia familia merece todo el esfuerzo del Estado y de Ia sociedad.

Creemos en el orden democrático, en el respeto a los derechos humanos, en la independencia de los poderes y en la armoniosa convivencia de todos los ciudadanos.

Creemos en la defensa de nuestra independencia y el respeto de la libre determinación de las naciones.

Creemos que la grandeza de la Venezuela Posible debe ser alcanzada teniendo instituciones democráticas estables.

Creemos en la resolución respetuosa e inclusiva de los conflictos mediante la educación como herramienta de transformación social, capaz de impartir valores democráticos.

El libre emprendimiento: la fuerza transformadora

El Movimiento Nacional Alianza del Lápiz promueve la libre competencia en una sociedad democrática con base en el pluralismo y con una política solidaria que tiene como propósito integrar a los ciudadanos al sistema de libertades a través del emprendimiento.

Este modelo no representa una esfera dogmática y hermética sino que por el contrario, está en permanente retroalimentación con los hechos sociales y los problemas de la economía nacional.

Nuestra propuesta de desarrollo económico descansa en dos principios fundamentales: la capacidad de emprendimiento de las personas, de manera individual o colectivamente y, el principio que asigna al individuo y a la propiedad privada una preeminencia moral y un rol en el funcionamiento de la economía.

Promovemos un modelo en el cual el gobierno debe colaborar a perfeccionar el sistema mediante reglas coherentes pero no para intervenirlo o sustituirlo, con pocas pero decisivas políticas e instituciones:

  • la libertad para crear y transformar empresas;
  • la garantía de los derechos de propiedad y sus rendimientos;
  • la libre formación de precios;
  • la estabilidad y la libre convertibilidad de la moneda;
  • la autonomía del banco central;
  • la disciplina fiscal;
  • la libertad del comercio exterior;
  • las limitaciones de la concentración empresarial;
  • el financiamiento de la provisión de bienes públicos;
  • la consideración de los costos ambientales
 

Consideramos que cada ciudadano puede desarrollar sus capacidades y aprovechar las oportunidades. En tanto que la libertad individual es el producto social de mayor valía, también implica el reconocimiento de la responsabilidad de cada persona en el forjamiento de su propio destino.

Pero para que haya un equilibrio, ratificamos la solidaridad como el valor más importante, cuya expresión es la unidad y la empatía entre unos y otros.

Esta propuesta solo es posible en un sistema democrático que garantice la paz y la estabilidad; con instituciones que defiendan el bien común; así como la armonización del proceso productivo y la naturaleza, haciendo sustentable el desarrollo de la nación.

Con el mismo peso, el respeto de los derechos humanos es transversal a este modelo de desarrollo, en virtud de que es el individuo el portador de la dignidad y la libertad para decidir sobre su destino y modo de vida. Sin embargo, la intervención del Estado y de la sociedad es necesaria cuando las personas, por razones no atribuibles a ellas, presentan limitaciones para valerse por sí mismas, evitando así que queden excluidas del sistema de generación de riquezas.

Es nuestra pretensión lograr la consolidación de una economía en la que exista una gran competencia entre los agentes económicos y en la que no sea posible la existencia de monopolios ni carteles, dentro de un modelo de desarrollo que también implica el compromiso empresarial a favor del interés común.

Aplicando estas premisas lograremos generar un sistema creador, en constante impulso, transformador y autorganizador.

La Nueva Venezuela del Conocimiento

Un país como Venezuela, con tanto potencial y que desea arduamente salir de un gran cataclismo para alcanzar el desarrollo social, humano, sostenible y sustentable, no puede estar ni de espaldas al mundo, ni a su propia realidad. Desde hace algunas décadas el mundo ha venido transformándose, se ha hecho más dinámico, más fluido, más flexible, más interconectado y más interdependiente, y Venezuela se ha quedado atrás en esta transformación.

Las viejas formas de producción comienzan a desaparecer, y su lugar es ocupado por la nueva economía global del conocimiento, cuyo valor agregado está en la educación, la ciencia y la tecnología como criterio de competitividad basado en la innovación constante.  

Es hacia esa dirección en particular a la que debe apuntar la Nueva Venezuela como fruto del talento e innovación de los venezolanos, teniendo al conocimiento como activo económico, humano y social. Pero para lograr dicho objetivo, el país debe alcanzar un primer nivel de conocimiento: El conocimiento de sí misma, de nosotros mismos, de nuestra propia y compleja realidad y posibilidades.

Un nuevo venezolano

Este nuevo venezolano demanda una nueva forma de gobierno, que interprete su sentir, que pueda caracterizar lo aprendido por los venezolanos en medio de esta terrible crisis. Se requiere un nuevo diseño de Estado que lo apoye pero que no lo estrangule, ni se aproveche de él y ni mucho menos lo limite, al que le exige que asuma los nuevos retos del siglo XXI.

La Nueva Venezuela es el producto del talento e innovación del nuevo venezolano educado y emprendedor.  Ante el cambio climático, la nueva economía verde comienza a imponerse a las economías contaminantes. Ningún proyecto de desarrollo alternativo es sostenible si no está en armonía con su medio ambiente, y Venezuela debe prepararse para esas nuevas realidades, para afrontarlas con éxito como exige el nuevo venezolano del porvenir. Y debe hacerlo con un liderazgo dinámico, moderno, conciente, con una sociedad educada y capacitada laboralmente, bajo un clima político de confianza, diálogo y entendimiento, dejando atrás las exclusiones gubernamentales y los sectarismos opositores.